El director técnico de Boca, Abel Alves, está otra vez en el ojo de la tormenta. La gran victoria en el superclásico por 2 a 0 con los dos goles de Gary Medel había calmado un poco las aguas, pero, en el último partido, Boca visitó a Chacarita en el estadio de Huracán. Tuvo un muy buen primer tiempo, con un alto volumen de juego, siendo superior a su rival y obteniendo la mínima ventaja con un gol de Matías Giménez. Pero, en los últimos 45 minutos, Boca volvió a parecerse al equipo de las primeras fechas y terminó perdiendo 4 a 1 en un resultado histórico para los funebreros. Facundo Parra en dos oportunidades, Nicolás Ramírez y Sebastián Sciorilli, desnudaron los problemas defensivos del conjunto xeneize.
Cuando Boca perdía 2 a 1, el DT de Boca decidió realizar una variante: ingresó a Lucas Viatri por Martín Palermo. El gran ídolo de los hinchas xeneizes dejó el campo de juego muy enojado y manteniendo un diálogo, no muy cordial, con su propio entrenador. Este cambio demuestra lo contradictorio que es Alves en cuanto a sus declaraciones. El entrenador había dicho que, si no se lo pedían, no sacaría nunca más a Palermo y a Riquelme.
Otra vez cortocircuitoLa relación entre jugadores y cuerpo técnico continúa siendo mala. Cuando Palermo salió, no sólo Boca no pudo llegar al empate, sino que terminó recibiendo una goleada histórica. Luego del partido, Alves explicó que necesitaba más gente en el medio para reforzar ese sector de la cancha. ¿Estuvo bien la entrada de Viatri?
En realidad, si quería reforzar el mediocampo tendría que haber entrado un volante y no un jugador de las mismas características de Palermo. Igualmente, Boca estaba perdiendo por un solo gol y tenía que ir en busca del empate. Y cuando se necesita un gol, no se puede sacar a uno de los máximos goleadores de la historia de Boca. No sólo porque en cualquier momento puede anotar, sino porque con su sola presencia intimida. Y así lo reflejó el defensor de Chacarita, Mariano Echeverría, en sus declaraciones: "Fue un alivio la salida de Palermo".
Cuando Boca perdía 2 a 1, el DT de Boca decidió realizar una variante: ingresó a Lucas Viatri por Martín Palermo. El gran ídolo de los hinchas xeneizes dejó el campo de juego muy enojado y manteniendo un diálogo, no muy cordial, con su propio entrenador. Este cambio demuestra lo contradictorio que es Alves en cuanto a sus declaraciones. El entrenador había dicho que, si no se lo pedían, no sacaría nunca más a Palermo y a Riquelme.
Otra vez cortocircuitoLa relación entre jugadores y cuerpo técnico continúa siendo mala. Cuando Palermo salió, no sólo Boca no pudo llegar al empate, sino que terminó recibiendo una goleada histórica. Luego del partido, Alves explicó que necesitaba más gente en el medio para reforzar ese sector de la cancha. ¿Estuvo bien la entrada de Viatri?
En realidad, si quería reforzar el mediocampo tendría que haber entrado un volante y no un jugador de las mismas características de Palermo. Igualmente, Boca estaba perdiendo por un solo gol y tenía que ir en busca del empate. Y cuando se necesita un gol, no se puede sacar a uno de los máximos goleadores de la historia de Boca. No sólo porque en cualquier momento puede anotar, sino porque con su sola presencia intimida. Y así lo reflejó el defensor de Chacarita, Mariano Echeverría, en sus declaraciones: "Fue un alivio la salida de Palermo".
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