jueves, 19 de marzo de 2009

".. Boca es Boca.."


No es nuevo: Boca, en la Copa Libertadores, es único. Hay pocos equipos en el continente que ostenten tanta mística en el certamen. Anoche, luego de una pobrísima primera mitad, los xeneizes se sobrepusieron a la desventaja y batieron a Guaraní por 3 a 1. De este modo, con un desafío menos, el equipo que conduce Carlos Ischia es el líder invicto del Grupo 2.
Urgido por conseguir sus primeros puntos en el certamen, Guaraní se impuso en el primer tiempo con sumo entusiasmo. Conducido por el argentino Fabbro (ex hombre xeneize) y potenciado ofensivamente por el inquieto Negreiros, el conjunto local aprovechó las torpezas de la última línea boquense. En ese contexto, el Pato Abbondanzieri debió trabajar más de la cuenta para impedir la caída de su valla; en dos oportunidades se mostró veloz y atento frente a remates de Benítez y el propio Negreiros.
Luego de 20 minutos de apatía, en los que Riquelme casi no tocó la pelota y Battaglia y Vargas no pudieron contener a Fabbro, los boquenses avanzaron en el campo. Boca contó con alguna acción individual de Mouche, pero casi nunca incomodó al arquero Aurrecochea.
Por eso, rápidamente se apagaron las ilusiones xeneizes, y a los 35 minutos, tras una inspirada maniobra de Fabbro en el área, Negreiros abrió el marcador con una definición de derecha, debajo del arco de Abbondanzieri. Fue el primer tanto que recibió Boca en la Copa; en sus otros desafíos, ante Táchira y Deportivo Cuenca, había triunfado 1-0.
La segunda parte se caracterizó por la intensidad. En los primeros minutos, Guaraní tuvo varias oportunidades para sentenciar el partido, pero siempre chocó contra Abbondanzieri (fue fantástica una tapada, con mano cambiada, a Benítez). Y finalmente se lamentó. Porque Boca fue de menor a mayor y terminó imponiéndose con mucha autoridad.
Con más empeño que precisión, los boquenses intentaron llegar por todos los sectores, pero sólo pudieron empatar con un penal muy bien ejecutado por Riquelme, a los 20, tras una supuesta infracción de Marecos a Ibarra, que no existió. A partir de ahí, todo cambió.
Ingresaron Palacio y Palermo por Mouche y Figueroa. Y rápidamente, los históricos delanteros marcaron la diferencia. El bahiense, en una de las primeras que tocó, estrelló un zurdazo en un palo. Y Palermo, a los 30, tras un avance de Vargas, marcó, arrojándose al suelo, para desatar la felicidad visitante. Palacio, diez minutos más tarde, amplió la ventaja con una definición de zurda. Cuando Boca salió del letargo, se impuso con autoridad.
3 veces se enfrentaron Boca y Guaraní en la historia. Además del partido de anoche, también chocaron en las semifinales de la Copa Libertadores de 1966, con un triunfo xeneize 3-1 (en Asunción) y una igualdad 1-1 (en la Bombonera).

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